ZULETA, ESTANISLAO
En esta lectura que hace Estanislao Zuleta del libro clásico de Cervantes, se nos revela que se trata de una novela de aventuras narradas con humor, en las cuales las historias de los embates del caballero andante van tejiendo una crítica profunda de las mentalidades dominantes de su tiempo, que sentó las bases del nuestro, más allá del espíritu de pesadez con que tratan de cubrirlo en los estudios del bachillerato.Sus múltiples formas de la parodia combinan un nuevo sentido para interpretar la locura y la razón, el sueño y la realidad de un personaje como el caballero de la triste figura, cuyo perfil acaba convertido en una sátira a su mundo, incluida la teología medieval en tanto mística, locura sublime de la fe. La novela de Cervantes (también) aparece como un compendio de teología, (pues el Quijote es) dominado por una personalidad cuyas virtudes cardinales en nada tienen que envidiar a la de los santos más famosos. Humilde, obediente, puro, fiel, dispuesto en todo instante al martirio, dulce, aunque intratable en el tema de su fe, paciente pero rabioso si se toca el tema de su verdad. (...) La única diferencia (con ellos) es que su ideal es ridículo, sus móviles fútiles, su fe sin valor y cómica. Pero justamente la inutilidad de sus esfuerzos pone en tela de juicio el ideal, los móviles y la fe verdadera predicados por la ortodoxia religiosa.
A través de breves ensayos Zuleta nos muestra que la historia del Quijote es la de un lector cuyo sentido de la vida no está designado de antemano, sino que se va haciendo a lo largo del relato, como en las buenas novelas, y cuya pasión por reconocerse está centrado en lo ya escrito: La realidad que se opone al texto de don Quijote es siempre el texto de otros, pues no existe una realidad en sí y por sí; no hay más que versiones. A partir de allí Zuleta nos va mostrando las relaciones entre la soledad y la comunicación; la locura como un grado extremo de la soledad, y el delirio como una forma que revela de forma crítica lo dominante, pasando entre muchas otras cosas por la crítica de las armas y de las letras, dentro de la tensión entre el sentido de la realidad y el de la posibilidad en la vida personal y social.