SILVA ROMERO, RICARDO
El cínico abogado Sebastián Bernal amanece convertido en otro hombre. Tal como suena. Su vida ha sido una realista suma de lugares comunes y pecados capitales que lo han alejado de su esposa y de sus hijos, y lo han distanciado, irremediablemente, de su padre, todo un magistrado de la corte. Y ahora, desde el primer párrafo de Tic, se encuentra irremediablemente atrapado en una fábula a la espera de una moraleja: está encerrado en el cuerpo del pediatra de sus hijos, el generoso Gabriel Castillo, que le ha dedicado todas sus fuerzas a vivir de puertas para adentro. Tiene que ser una pesadilla, piensa Bernal, tiene que haber una salida. Es, por supuesto, la que menos espera.