Una noche en la que algo cae del cielo, la aparente tranquilidad de los suburbios se quiebra en torno a la vida de tres personajes cuya simple existencia reta el statu quo de la normalidad. Junto a una iguana adicta a la leche materna y un perro que adquiere consciencia, la vida de estos personajes se une en una atmósfera eléctrica y asfixiante que saca lo más abyecto de cada uno de ellos.
Dentro de una escritura que juega y quiebra los clichés del género pulp, Mike Wilson crea una novela inclasificable que gira en torno a un tatuaje pin-up y en la que se vislumbran anuncios de Walmart, cigarrillos sin filtro y un Gerber grotesco.