Ártico es un inventario de impresiones, una nouvelle en verso, un poema largo, una lista. La voz de su narrador es la de un personaje desahuciado que se empeña, con la enumeración de lo visto y lo sentido, en aferrarse a un resto de cordura, luego de un fracaso amoroso que aparece en el horizonte como punto de quiebre y también como punto final de esa vida a la deriva. Densa de imágenes, olores y texturas, evocativa, con destellos de humor aunque signada por la melancolía, esta obra de Mike Wilson, una de las voces más singulares de la narrativa chilena contemporánea, deslumbra por su intrepidez para retratar, a través del recurso mínimo de la enumeración descriptiva, la emoción compleja del amor perdido.