Un niño de diez años llega solo a Barcelona, donde trabaja su madre. Pero ha habido una confusión. Pasan los días y no la encuentra. De pronto comprende que no tiene más hogar que un banco en una plaza. La vida en una aldea de los Andes y el ritmo de una ciudad europea, las esperanzas de un niño y la dureza de la calle, la amabilidad y la distancia, el miedo y la fiesta impregnan las páginas de este relato. Un homenaje a las muchas historias ocultas de la inmigración y una invitación a reflexionar sobre la acogida.