VEYNE, PAUL
Las elegías parecen representar el mundo amoroso en que se movían los jóvenes de la alta sociedad romana. De acuerdo con estos poemas, las amadas de los elegiacos son mujeres jóvenes, hermosas y cultas, poseedoras de todos los encantos y seductoras en todos los aspectos; al mismo tiempo, son celosas, crueles, interesadas e infieles; no sabemos más de ellas, excepto sus nombres poéticos, pero evidentemente son mujeres galantes, "irregulares" dentro de la sociedad romana. El poeta elegiaco, esclavo voluntario de su amada, sufre por la pasión que lo atormenta y, de vez en cuando, goza por el triunfo de una noche de amor; en sus elegías casi no existe el mundo político: la única milicia permitida es la del amor; el único deber, complacer a la amada.
Por siglos se ha querido ver en la elegía romana la expresión franca de la experiencia vital del poeta, pues es una poesía aparentemente sincera, apasionada y personal; sin embargo, este ensayo, a la luz de la mejor filología y con base en la semiótica, la revela como un género humorístico, paradógico y falaz, tan irreal como la poesía pastoral. Paul Veyne sitúa la elegía en su entorno social y, sobre todo, en su contexto cultural, y la muestra como manifestación del mundo imaginario romano. El poeta, a pesar de lo que dice, no hace confidencias sobre su vida privada, nunca es sincero; sabe que sus destinatarios originales entenderán la ironía y la sutileza con que describen ese mundo. Estos poetas hablan siempre de amor, pero su amor es ficción, es creación poética.