BRODERICK, WALTER JOSEPH
Joe Broderick, ciudadano irlandés radicado en Colombia hace más de medio siglo, viene
leyendo el Ulises de James Joyce cada año en voz alta para el deleite de los muchos aficionados que acuden a él para escucharlo. Aquí ha reunido sus comentarios sobre la gran novela. Hace un resumen de cada capítulo y explica el sentido de las referencias y alusiones que pueden resultar difíciles para quien se acerca a Joyce por primera vez, sobre todo en traducción al castellano.
Ulises es esencialmente una comedia, y Joyce lo escribió, entre otras cosas, para exaltar el valor de las pequeñas cosas de la vida. Quería que su libro llegara a todo el mundo. Pero lo cooptaron los profesores, dejando la impresión de que es asequible sólo para expertos y eruditos. Ulises no es fácil, hay que reconocerlo. Según Richard Ellmann, el biógrafo de Joyce, «es el más entretenido de los libros difíciles y el más difícil de los libros entretenidos».
Pero las dificultades no son insuperables, ni mucho menos. Broderick, conocedor de Dublín y también de las variadas técnicas literarias empleadas por Joyce, presenta aquí las claves que permiten a cualquiera entrar en su mundo. Después de leer esta guía, el lector, que se sentía abrumado ante la laberíntica novela que es Ulises, ahora puede abrir sus páginas con confianza y gozar de su humor y su magia.
Al concebir su novela, James Joyce se proponía escribir una obra épica, pero que fuera, al mismo tiempo, íntima. Ahora, la epopeya y la novela íntima son dos géneros a primera vista
irreconciliables. Para lograr su propósito de unir estas dos formas literarias en una sola narración, Joyce tomó como modelo La Odisea de Homero, y basó su personaje principal en
Ulises, que es la traducción al latín del nombre en griego de Odiseo. Pero el Odiseo (Ulises) de la novela de Joyce no es un guerrero de la antigüedad, sino un señor judío de mediana edad, un modesto vendedor de publicidad que anda por las calles del Dublín de comienzos del siglo veinte. Toda la acción de la novela ocurre allá, entre la mañana del jueves 16 de junio de 1904 y la madrugada del día siguiente. Joyce muestra cómo, en el transcurso de menos de veinticuatro horas, un hombre del común puede vivir toda una odisea.