MENDEZ ZERDA, ALFREDO
¿Qué hacía Francisco Javier en los años de 1830 a 1840? ¿Estaba en nuevas investigaciones y correrías por los pueblos y los alrededores de la Nueva Granada? ¿Estaba nuevamente dedicado al pincel? Puede ser, en el ánimo de un pintor, como el goce de todos los días, hacer hermosas producciones de la naturaleza en la que no falta la simetría ni había confusión en el campo de los colores. Trataba de imitar o expresar el colorido de un durazno cubierto de flores en la primavera, y también el esmalte con la uniformidad y la simplicidad que reina en la preciosa corona de la granada o en la vistosa flor del ceibo que adorna la orilla de los ríos.
Un dibujo de Francisco Matiss es el más delicado conjunto de colores de esas flores. La florescencia pictórica es una prueba convincente de su sabiduría. Hasta su muerte siempre fue modesto, no siempre ajeno a la envidia de algunos, pero muchos lo veneran en la sapiencia botánica. Fue el Columela en la dominación española y un Abu Zaccaría para las nuevas generaciones.