CHÁVEZ CASTAÑEDA, RICARDO
Hace tiempo que el diablo no visita el mundo. En el límite de dos ciudades como espejos Faba y Bela, y en una temporada tan poco propicia para lo diabólico como la época navideña, acaba de llegar un niño pálido como la sal, triste como la eternidad y rico como el fondo del mar.
A partir de entonces, cada año y luego cada seis meses y luego cada tres meses, el niño vuelve para ser testigo de la contienda de las ciudades hermanas por construir una torre que llegue al cielo. Sólo una jovencita y un jovencito habitantes de una y otra ciudad han advertido que esta enloquecida competencia por alcanzar las nubes va a conducirlos a la tragedia, y tratarán de impedirlo aunque ellos mismos sufren un mal extraño: la niña no puede exponerse a los rayos del sol sin que su piel se desgarre, y el muchacho tiene una virtud como maldición: cuando retrata a las personas, les dibuja no las fisonomías sino las almas, sus defectos, aquellas debilidades por donde esas almas van a perderse.
¿Podrá volver al cielo el niño, que no es otro que el mítico ángel caído el Diablo o los dos jovenzuelos protagonistas serán capaces de impedírselo? Esta es la disyuntiva que los conducirá a todos a un desenlace inimaginable.