«No debería faltar en la biblioteca de todos aquellos a quienes le interese la actividad humana en su incesante combate por hacerse con el control de la materia» (Eduardo García, Mercurio).
Según anuncia Richard Sennett en el prólogo, El artesano constituye el «primero de tres libros sobre cultura material, cada uno pensado como volumen independiente. Este versa sobre la artesanía, la habilidad de hacer las cosas bien». Ante todo, es de destacar el concepto mismo de actividad artesanal, que abarca, como se analiza a lo largo del libro, tanto los antiguos oficios de alfarero o soplador de vidrios como el de lutier o intérprete musical, el de cocinero, el trabajo de los médicos y enfermeros, el del equipo de Linux, impulsor de Wikipedia, o la habilidad de los padres para educar a sus hijos, por dar sólo unos ejemplos.
Desde esta perspectiva, la artesanía comprende la «cultura material» y el «conocimiento tácito» como auténticos bienes de «capital social», esto es, conocimiento y habilidades que se acumulan y se transmiten a través de la interacción social, verdadero saber corporal del que no se tiene realmente conciencia. Por último, la concepción humanista propia de todos los libros del autor se ve representada aquí por la motivación básica del artesano de lograr un trabajo bien hecho por la simple satisfacción de conseguirlo.
«Sennett hace en El artesano un despliegue de curiosidad el gran motor del conocimiento que le lleva por campos tan diversos como la escritura, la arquitectura o la música, siempre a la búsqueda de la habilidad, la peculiar forma de experiencia con que el artesano se encuentra con la materia y actúa sobre ella» (Josep Ramoneda, El País).