MALLARINO FLOREZ, GONZALO
«Sólo que aquí no hay remedos, ni parodias, ni figuras literarias, Ana. Me estoy muriendo de verdad. Y es un consuelo saber que lo último que hice, tal como si nos hubiéramos encontrado en el 1200, fue quererte. Fue esperar con susto y con un deseo terrible hasta poder tenerte».
Con un emotivo relato de despedida que por momentos parece ser una profunda carta de amor, Adriana, la protagonista de esta historia, se aferra al recuerdo de su amada Ana y durante sus últimos días de vida reconstruye minuciosamente cada momento de su relación: desde el día en que se conocieron, hasta su intempestivo adiós. La poesía de las trovadoras del siglo xii y su amor cortés, la música, la pintura y sus memorias de infancia serán los lugares de encuentro de estas dos jóvenes valientes en su descubrimiento del amor.