CHIMAL, CARLOS
Una relectura del arte a la luz de las ideas científicas de nuestros días es inevitable. Después de todo, si la fuente del creador, los sueños y su conciencia están siendo revisados por los neurocientíficos más renombrados, ¿por que no enjuiciar la obra misma? Ahora bien, no olvidemos que la ciencia no se identifica con el placer estético ni el arte con el raciocinio, pero no existe ciencia que dure sin placer ni arte que se sostenga sin razón, por más enajenada que parezca. Estamos en los brazos de Venus, es decir, en el vacío. Hay que verlo todo de nuevo. El presente libro desea mostrar que todas las innovaciones artísticas son colapsos de un azar cultivado mediante una precisión rigurosa y relativa al momento histórico que be ha tocado vivir a cada uno. El arte no es más que un experimento fallido, una serie de felices consecuencias de lo que nos falta en el fondo de nuestro corazón. Son piezas potencialmente constructoras, son respuestas de imaginería, obras acabadas por la fatalidad del tiempo que representan mejor que otras cosas nuestros ideales estéticos.