Recorriendo los temas que le apasionan y que son referenciales en su obra, en este libro Helena establece un diálogo con los muertos, tan real como en la Antigüedad clásica. En el tránsito de la memoria, el recuerdo, la negación del olvido, la protagonista busca recuperar el deseo de vivir y se enfrenta con los que ya no están, pero que siguen siendo parte de su vida; en un diálogo imposible reconstruirá su infancia y el pasado de una familia perdida de manera brutal.