TANNER, TONY
Venecia es a la vez el refugio-cielo del arte (el desván de Tiziano) y lugar de lo suprimido, de lo agitado, de la vida sensual oprimida, borrada, que subvierte y se aleja al mismo tiempo del enclave artístico. Como lugar y figura, Venecia parece ser notoria e increíblemente doble, volviéndose constantemente en su contrario y deseando o precipitando humores exactamente opuestos: satisfacción y pérdida; iluminación y desolación; un sentido de gloria, plenitud y apoteosis que da lugar a sentimientos de abandono, ausencia y disminución; el abandono espiritual en lo sensual y el esplendor convertido en miseria. Así fue para Byron y Ruskin, también para Henry James, así será para Proust. Y, de forma un tanto complicada, también lo será para Hofmannsthal.