He aquí una novela lúcida sobre todo aquello que no se quiere ver, todo aquello de lo que no se habla; sobre lo femenino marginalizado, sobre la mujer fea, la mala madre, la familia infeliz. Una novela que no maquilla la crudeza sino que la muestra hasta el tuétano para que podamos, como Dulce Maria Cardoso, apreciar entonces todos los matices de la belleza y de la vida en sus dimensiones reales, habiendo primero soportado el peso del cuerpo y del alma de Violeta, esa mujer con la que podemos, si leemos con atención, irnos demasiado lejos.