COLUCCIELLO, MARIAROSARIA
Las personas son el resultado de su pasado y los hechos son deudores de las andaduras que fueron marcando su camino de formación y de vida. Lo mismo ocurrió con la lengua española, que pasó por algunos 'trances formacionales' antes de convertirse en lo que es ahora, es decir, la segunda lengua de las comunicaciones internacionales. La importancia de la Gramática sobre la lengua castellana de Antonio de Nebrija reside en que, como autor, supo adelantarse a los tiempos que estaban sufriendo cambios radicales, justo cuando esta salía a la imprenta, dos meses antes de que las carabelas de Colón salieran para América. A partir del siglo XVI, en toda Europa, el Nebrissense no fue profeta en su tierra, y la producción estrictamente gramatical referente al castellano estuvo caracterizada casi exclusivamente por tratados dedicados al aprendizaje por parte de extranjeros, como si no se percibiera la necesidad de una gramática de la lengua propia dirigida a hablantes nativos. El siglo XVII fue testigo de la ingente producción gramatical y actividad filológica española mientras que, durante el siglo XVIII, la publicación de gramáticas de la lengua castellana disminuyó notablemente, aunque algunas de las obras aparecidas en esta centuria marcarán hitos fundamentales y contribuirán al desarrollo de la teoría gramatical española. También el período comprendido entre finales del siglo XVIII y principios del XIX fue determinante para el desarrollo de la teoría gramatical española, hasta cuando se publicó, en 1847, la Gramática de la lengua castellana destinada al uso de los americanos. Andrés Bello llevó a cabo, al mismo tiempo, un proyecto político y lingüístico, el de oponer a las naciones europeas un frente de naciones americanas, cuya relación sería una lengua común y una cultura heredera de las tradiciones ilustradas. Este propósito lo guió a la hora de preparar una gramática que no prohibiera la reflexión metalingüística de los hablantes, permitiéndoles el acceso al conocimiento, y que les sirviera como herramienta para conservar el castellano y la cultura heredada junto con esa lengua. Su Gramática presentaba muchísimos elementos novedosos cuya elaboración, sin embargo, fue el resultado de la reconsideración de los principios rectores hasta aquel entonces en boga para la enseñanza de la lengua española; de aquel momento en adelante, esa operación innovadora y original trazó el itinerario que seguirían realmente las gramáticas posteriores.