COLLINS, WILKIE
Cien años antes de que Alfred Hitchcock mereciera en el cine el título de maestro del suspense, William Wilkie Collins lo ostentó en la literatura, con obras ya clásicas como La piedra lunary La dama de blanco, precursoras de la novela policíaca y de intriga. Pero el escritor londinense también dejó constancia de su genio en el relato corto, del que son buen ejemplo estas cinco piezas maestras. Una cama sumamente extraña, que figura entre sus mejores cuentos, narra la aterradora aventura de un estudiante británico en París, víctima de una original y demoníaca conspiración criminal. El caldero de aceite nos lleva a una pequeña aldea de Francia, descorriendo el velo de la idílica cotidianidad para mostrarnos su reverso oscuro y brutal. Parodia del folletín decimonónico, La cuna fatídica incide en el conflicto clásico de los niños intercambiados en la cuna para construir un delicioso e hilarante cuadro de costumbres. Finalmente, El capitán y la ninfa y ¡Vuela con el bergantín! son relatos aventureros, de sesgo romántico el primero y de suspense, una vez más, el segundo.