«Estas memorias rastrean el camino de Hernández, desde la comodidad del hogar, hasta las inquietudes y molestias en la escuela y la sociedad. Pero, sin importar qué clase de encuentros inesperados le aguarden, su autoestima y orgullo, fortalecido por el amor, permanecen imperturbables.»
RIGOBERTO GONZÁLEZ. NBC NEWS, 2014.
Daisy Hernández creció con madre colombiana y padre cubano en Nueva York, en la época en la que todos los colombianos salían del país para huir de la guerra y la inseguridad. Durante su infancia, la casa siempre estaba llena con la visita de sus tías y estrictas tradiciones latinas. A lo largo de vida Daisy debe afrontar el crecer siendo una minoría dentro de una cultura tan hermética como la gringa, el ser mujer, el descubrimiento de su homosexualidad y como esta afectó las dinámicas familiares, la influencia de la religión y ritos de su padre cubano.