CHAPARRO MADIEDO, RAFAEL
Los veinte relatos de Un poco triste, pero más feliz que los demás pueden ser catalogados como periodísticos por el hecho de que fueron publicados en dos desaparecidos medios bogotanos para los que Rafael Chaparro Madiedo escribió: la revista Consigna y el diario La Prensa.El material seleccionado aquí no guarda un orden específico pero está lleno de coincidencias que se conjugan, en extraños cifrados, con las veintiuna ilustraciones de Tobías, un artista que también posee una mente con acceso a otro universo. Rafael Chaparro Madiedo estuvo atento a todo y escribió por fuera del lugar común en el que todavía está la prensa colombiana. Él se dio cuenta de la importancia de buscar historias diferentes para contarlas diferente. Por eso supo que la vida no estaba en el edificio de la redacción y salió a retratarla como gato vagabundo que husmea con sigilo.El material seleccionado aquí no guarda un orden específico pero está lleno de coincidencias que se conjugan, en extraños cifrados, con las veintiuna ilustraciones de Tobías, un artista que también posee una mente con acceso a otro universo.Rafael Chaparro Madiedo estuvo atento a todo y escribió por fuera del lugar común en el que todavía está la prensa colombiana. Él se dio cuenta de la importancia de buscar historias diferentes para contarlas diferente. Por eso supo que la vida no estaba en el edificio de la redacción y salió a retratarla como gato vagabundo que husmea con sigilo.Rafael Chaparro Madiedo estuvo atento a todo y escribió por fuera del lugar común en el que todavía está la prensa colombiana. Él se dio cuenta de la importancia de buscar historias diferentes para contarlas diferente. Por eso supo que la vida no estaba en el edificio de la redacción y salió a retratarla como gato vagabundo que husmea con sigilo.