FRIDA CARTAS
Con una escritura honesta y profundamente conmovedora, Frida recuerda su infancia y los momentos que fueron construyendo su identidad de género. Con un gran sentido del humor, pero sin endulcorar las experiencias difíciles, la narradora cuenta cómo se relacionaba con su familia, en la escuela o su barrio. Aun cuando se le asignaba la lectura social de un niño, en realidad ella siempre se soñó en el papel de la reina del carnaval, de la esposa, la madre; añoraba ser la ama de casa, la cuidadora, a pesar de que su padre deseaba un hijo que encarnara la masculinidad tan valorada en la milicia. En medio de la hostilidad de quienes condenan la diferencia, esta historia es el testimonio de una niña que resistió a la violencia, acompañada por una madre que la ayudó a construir un mundo propio validando y respetando su identidad. Transporte a la infancia es un libro sobre la sexualidad y las disidencias, sobre la criminalización de la pobreza, pero es también una novela que sugiere que lo imprescindible de la literatura contemporánea proviene de lo que la historia ha dejado en los márgenes.
