De una voz que procura sencillez, asociaciones lucidas y densidad inesperada, Hernán Lavín Cerda presenta esta antología poética cuya materia lírica dialoga con la vacilación, la levedad y la ironía de la vida misma. De un tono más bien franco y desenvuelto se revela una voz que se divierte escribiendo, pero que a su vez mantiene la tensión consigo mismo, hasta lograr descifrarse. El uso de paralelismos, neologismos y referencias literarias, musicales, cinéfilas y filosóficas articulan la experiencia del descubrimiento y la imaginación feliz.