Cuando estos diarios se fueron escribiendo, uno pretendía, muchas veces sin saberlo, aprender a
prestar atención, afinar y ordenar los sentimientos, remansar el tiempo que corre, «no vivir siempre
escogiendo: / vivir lo que nos escoge» (Guillermo Sucre). Ahora que salen al mundo, quisiera uno que
a quien los leyera se le aligerara el ánimo, se le esponjara el corazón y se le limpiara la mirada, como
ocurre cuando uno lee en las tardes de Cercedilla un poema de Eugénio de Andrade o una novela de
Natalia Ginzburg o al escuchar en la noche lisboeta un fado de Aldina Duarte o caminando con Gaspar
por las calles de Santiago de Chile. Ojalá el lector de estos diarios encuentre en ellos cobijo, compañía,
amistad, y alcance a sentirse más partícipe de un nosotros que testigo de un yo.
SERGIO SUÁREZ nació en Madrid en 1972. Éste es su primer libro.