ANDREAS-SALOMÉ, LOU
Tolstói nos causó una profunda emoción, quedamos conmovidos por aquel hombre excepcional, completamente espiritualizado, como si ya no perteneciese a este mundo. Una figura enjuta, encorvada, un rostro lleno de sensibilidad y también de pesadumbre, con una indudable distinción, como si estuviera por encima de todo o de vuelta de todo.
En 1900 Lou Andreas-Salomé realiza un largo viaje a Rusia con Rainer Maria Rilke. Había viajado otras veces a San Petersburgo para visitar a su familia, pero esta vez el viaje la lleva al corazón de aquel país donde la tradición centenaria no ha sido tocada aún por la occidentalización. Lou vuelve a encontrarse con su patria, con sus raíces, pero sobre todo se descubre a sí misma y se mide con su pasado.
Del viaje a Rusia sale una mujer regenerada y agradecida por su destino. El diario del viaje es un documento de gran importancia no solo por las anotaciones históricas sino también porque ofrece una clave de interpretación del posterior desarrollo intelectual de Salomé.
Lou Andreas-Salomé (San Petersburgo 1861 Gotinga 1937), hija de un general ruso de origen francés , desde muy pequeña desarrolló una fuerte tendencia introspectiva y un amor a la soledad que la acompañarán toda su vida. En 1882 se muda con su madre a Roma donde conoce a Paul Rée que le presenta a Nietzsche con el que inicia un intenso intercambio intelectual. En 1887 se casa con Friedrich Carl Andreas, una unión platónica que duró hasta el final de sus días. Salomé escribió ensayos, narrativa, críticas teatrales y artículos en varias revistas. En 1897 conoce al joven poeta Rainer Maria Rilke al que la unió un amor espiritual y pasional. En 1911 encuentra a Freud, ella tenía 50 años, se sintió fascinada por sus teorías y se convirtió en su discípula y fiel colaboradora.
Muere en 1937 , tenía 76 años. Mujer inquieta y enamorada de la conciencia como pocas, con la inteligencia de un águila y la fuerza de un león según las palabras del propio Nietzsche