CALZADILLA, JUAN
Podría suponerse que Juan Calzadilla desde niño ha sido, con puridad y obstinación, un iconoclasta. Esa condición humana, sin duda natural, ha marcado para siempre su andadura por el mundo y por la poesía, que también es, y de qué manera, mundo. Esta antología personal preparada para recibir el Premio León de Greiff lleva el título mordaz de Precipicios sin bordes y más que una paradoja, señala lo que muchos sentimos y quizás no hayamos concluido de manera tan aguda: vivimos en un precipicio sin orillas.