MONTEJO, EUGENIO
Como poeta, Eugenio Montejo constituye un referente insoslayable en el ámbito de nuestra lengua, con títulos entre los que destacan Algunas palabras, Terredad, Trópico absoluto, Alfabeto del mundo, Adiós al siglo XX y Partitura de la cigarra. Lo más característico de su sensibilidad se definió cuando ya la vanguardia, en los años sesenta, se había convertido en parte del pasado y surgían corrientes que se esforzaban en resucitarla, a duras penas ocultando el sesgo arqueológico y nostálgico de una remozada pasión por lo experimental. Montejo evitó los extremos. Su voz, sin el culto de la novedad gratuita, pertenece innegablemente al presente; sin la rigidez de los clasicismos, llama la atención por su serenidad y equilibrio. Más importante aún, al eximirse de poses magisteriales, nunca pierde la inmediatez de lo íntimo y la del individuo que intuye en el cosmos la invisible latencia del espíritu.
Desde 1999 Pre-Textos ha incluido en su catálogo varios títulos de Montejo. Ahora recoge, por primera vez y de manera sistemática, no sólo su poesía, en el primer volumen de esta publicación, sino también, en el segundo, su lúcido quehacer de ensayista y su escritura oblicua: los versos y la prosa que atribuyó a los colígrafos, fascinante cofradía de heterónimos reunidos en torno a Blas Coll, intérprete o profeta de las razones abismales del lenguaje. El acopio de trabajos nunca antes compilados en libro, así como varios inéditos que el autor había dispuesto para su publicación, hacen de esta Obra completa un documento insustituible.
Eugenio Montejo (Caracas, 1938-Valencia, Venezuela, 2008) es uno de los poetas venezolanos de mayor trascendencia del siglo XX. Se desempeñó como profesor universitario, investigador del Centro de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos, director literario de Monte Ávila Editores y diplomático, siendo consejero cultural de la embajada de su país en Lisboa (1988-1994). Vivió algunas temporadas también en Francia, el Reino Unido y Argentina. En la ciudad de Valencia (Venezuela), cofundó las revistas Azar Rey, Poesía y Zona Tórrida. A partir de la década de los sesenta su labor como escritor empieza a difundirse y, a partir de los ochenta, a conocerse internacionalmente, con traducciones al inglés, el portugués, el italiano y el francés, entre otros idiomas. En su país recibió doctorados honoris causa de la Universidad de Carabobo y de la Universidad de los Andes, así como el Premio Nacional de Literatura, en 1998; en México, en 2004, el Premio de Poesía y Ensayo Octavio Paz.