Nada es para tanto y Todo está permitido son dos novelas que bien podrían representar al Adán y Eva de la literatura erótica mexicana. En ellas con una prosa deslumbrante e innovadora se cuenta la subversión de dos jóvenes que se rebelan contra el destino con que los amenaza su origen. Historias independientes que se suman en una lectura continua, porque son hermanas: el sexo, la risa, las escenas extremas y delirantes a que se enfrenta cada personaje arman un mundo paralelo a la realidad, donde se exhibe México en el estilo de uno de los escritores más interesantes de la literatura actual.