BARBA, ANDRÉS
Un caballo que agoniza tras un accidente, una pareja que no se atreve a quererse, un adolescente. En Muerte de un caballo, como si en una pequeña nouvelle de cámara se tratase se articula, con esos simples elementos, todo un discurso acerca del amor y la muerte. El miedo a amar, la experiencia de la muerte y del accidente, el lento descubrimiento interior del otro y de uno mismo frente al otro. La escena es inmóvil en realidad, como en una fotografía, pero el movimiento interno de los pensamientos y las voluntades de sus protagonistas giran en torno al caballo que agoniza, no sólo tratando de entender lo que ha sucedido, sino tratando de entender lo que verdaderamente desean. El caballo moribundo se convierte al fin en una especie de centro de gravedad frente al cual ya no es posible mentir ni mentirse, un centro blanco que empuja a los protagonistas a asumir lo que sienten y desean.