Mucha Madre brota como vislumbre para pensar nuestras maternidades, para cuestionar aquellas que hemos heredado de sistemas de dominación diversos, las construidas para borrar y a la vez instituir, las que se nos compele a llevar a cabo como una realidad o como un hecho. Subvertir estas maternidades hegemónicas es un deseo genuino, primordial, que nace de lo más íntimo y debe navegar hacia lo más público: la maternidad es política.
Mucha Madre se escribe antes de toda lectura y teoría para apropiarnos de nuestra práctica de maternar, para entender y extender ante lo dicho y lo experimentado; para dar lugar a la voz que surge de lo profundo en cada quien, para ser un libro-espacio de diálogo en el cual elaborar, desde la escritura, nuestro ser madres: la transparente y caleidoscópica experiencia de la maternidad.
Mucha Madre quiere imaginar la libertad para configurar un territorio fértil donde crezca la elección de cómo y cuándo serlo. Es mucha madre ser madre y es mucha madre no ser madre y es mucha madre ser mujer y poder elegir lo que se quiere ser y abrazar el quiero tanto como el no quiero ser madre. La maternidad no existe. No hay una maternidad: hay múltiples maternidades, porque cada madre y cada contexto en que se es y se existe como madre es diferente; cada posibilidad y utopía son infinitas.