BARRIENTOS, MAXIMILIANO
El ojo aumentaba y disminuía de tamaño. Era un pequeño universo. Contenía todos los accidentes: autos haciéndose pedazos al caer a acantilados y al estrellarse contra otros autos y contra paredes de edificios abandonados. Todos esos vidrios y fierros eran hermosos, brillaban como estrellas. Veía las marcas de las llantas en el asfalto y también millares de columnas vertebrales doblándose hasta triturarse en los asientos. Contenía olores: a gasolina pero también a fluidos humanos, sangre y sudor y semen.
A medio camino entre la weird fiction y la literatura pulp, Miles de ojos se lanza en un vertiginoso viaje a través de carreteras en las que árboles y cuerpos se funden con el acero y el cromo. La novela tiene como epicentro a una subcultura de adoradores de la velocidad y el black metal, que pretenden utilizar un automóvil deportivo de 1970 como instrumento ritual para liberar a una misteriosa entidad capaz de transfigurar el mundo. Altares con restos fósiles y fotografías de accidentes, tribus postapocalípticas guiadas por mutantes que remiten al imaginario ciberpunk, una postal de la adolescencia en la ciudad boliviana de Santa Cruz contaminada por visiones del más allá: en este libro de Maximiliano Barrientos las fronteras que distinguen la humanidad de las máquinas, los paisajes naturales de los de la mente, el reino de lo vivo y de lo muerto, se diluyen definitivamente bajo el efecto embriagador de la aceleración.