MILLÁN, JOSÉ ANTONIO
Cambiar de posición una sola coma puede tener consecuencias. Cuentan que hace mucho tiempo un rey conmutó una dura resolución: «Perdón imposible, que cumpla su condena» por la clemencia: «Perdón, imposible que cumpla su condena». En este libro encontrarás diversas situaciones -algunas, realmente divertidas- en las que la coma (su presencia o ausencia, el lugar que ocupa) determina de una manera u otra la acción de los personajes. Después de leerlo, entenderás que es importantísimo no comerse las comas. ¡No te las comas!