JORGE, DORA E.
Aún en los rincones más apartados e inhóspitos del planeta hay microbios, ellas, acaso los más dignos representantes de la vida en la tierra, pueden habitar lugares a donde no llega la luz del sol, ni existe oxígeno gaseoso, y se pueden nutrir tanto de la materia orgánica como inorgánica. Esa vida, invisible a nuestros ojos, fue durante mucho tiempo objeto de las más fantásticas especulaciones, y aun cuando se vislumbraba su existencia sólo el microscopio permitió mostrar la diversidad de esos seres diminutos.