DAHL, ROALD
Dahl amaba los libros y realmente quería que los niños y los jóvenes se hicieran lectores, se sintieran a gusto con un libro, y no desalentados. Los libros, solía decir, no deberían de ser aburridos, sino divertidos, excitantes y maravillosos. Cada uno de los cuentos que conforman este volumen son una muestra fehaciente de que Dahl no predicó con la palabra, sino con el ejemplo.