CALASSO, ROBERTO
Los cuarenta y nueve escalones a los que alude el título son los de la tradición talmúdica, en la que simbolizan el camino de acceso a la verdad, y rinden aquí homenaje a uno de los forjadores del pensamiento de la modernidad por excelencia, Walter Benjamin, pero también a Alfred Hitchcock, maestro del suspense, manipulador de enigmas e indagador nato del alma humana. Nietzsche, forjador y destructor a un tiempo, es el primero de los espíritus lúcidos convocados a estas páginas, por las que desfilan, sometidos a la aguda y erudita mirada de Roberto Calasso, ilustres intelectuales y escritores de la talla de Freud, Kraus, Robert Walser, Adorno, Benjamin, Brecht, Wedekind, Hofmannsthal, Weininger, Bloy, Reich, Gottfried Benn, Marx, Heidegger, Bazlen,Schreber, Stirner, Michelet, Stendhal, Flaubert, Céline, Léautaud y Simone Weil,entre otros cimentadores de la cultura europea contemporánea.
A través de los ensayos recogidos en este volumen, que Calasso ha ido escribiendo a lo largo de más de veinte años, el autor traza, con un admirable rigor y una no menos admirable sutileza, un amplio y sugestivo mapa del sustratointelectual del que se nutre nuestro presente.
«Una obra refinada y sofisticada, una espléndida antología de pensamiento y crítica, y, en cierto sentido, un libro iniciático, de ahí su estilo» (Carmelina Sicari, La Gazzetta del Sud).
«Una de las grandes aportaciones del libro es provocar un retorno inteligente y vivo al pensamiento fuerte» (Roberto Guiducci).
«Todo en su mentalidad y en su educación lo predisponía para ser un ensayistafilosófico, pero los astros o los libros han querido que Roberto Calasso se haya convertido en mucho más que eso: en un escritor» (Pietro Citati, La Reppublica)«¿Qué es lo que dota de unidad a este refinado conjunto de ensayos? El sutil hilo de una inteligencia omnívora, siempre movida por una búsqueda ansiosa y siempre insatisfecha, y también una escritura límpida y llena de matices» (Alfredo Berberis, Millelibri).
«Atípico como editor, Calasso también lo es obviamente como ensayista. Se acerca a los autores comentados con una inteligencia punzante y siempre segura de sí misma, para apropiarse de su modo de pensar, de los mecanismosa través de los cuales se ha formulado ese pensamiento y de la lengua en la quese ha manifestado, para enlazar unos y otros en un juego incesante de rebotes einterrelaciones» (Felice Piemontese, Il Mattino).