ROMÁN, CELSO
Los animales fruteros son expertos en el arte del mimetismo. Se esconden entre las frutas y llegan a parecerse tanto a ellas, que algunas personas los confunden y se los llevan a su casa entre el canasto del mercado. Al astuto Platanero, cuya principal habilidad es la supervivencia, le gusta pasar inadvertido, moteado como un tigrillo, entre los bananos que empiezan a madurar. En cambio a la Papayera, su enorme volumen le ha acarreado el mismo problema que a los elefantes, los hipopótamos y las sufridas ballenas: nadie los deja en paz.