LANDERO, LUIS
Tras mucho tiempo sin apenas verse, Gabriel decide llamar a sus hermanas y reunir a toda la familia para celebrar el ochenta cumpleaños de la madre y tratar así de reparar los viejos rencores que cada cual guarda en su corazón y que los han distanciado durante tantos años. Aurora, dulce y ecuánime, la confidente de todos, trata de disuadirlo, porque teme que el intento de reconciliación agrave fatalmente los conflictos. Y, en efecto, la primera llamada de teléfono desata otras llamadas y conversaciones, y de ese modo conocemos la historia familiar, desde la infancia de los hijos hasta la actualidad. Tal como temía Aurora, las antiguas querellas van reapareciendo como una lluvia fina que amenaza con formar un poderoso cauce a punto de desbordarse.