ORTIZ, OMAR
Ahora estoy en Lista de espera, Omar, que a diferencia de las homónimas, esta no desespera. Cómo me gusta demorarme en esta lista, disfruto y repaso los poemas con la alegría del que retorna a parajes gratos. La precisión de sus versos me trae a la memoria la fuerza del Hain-Teny malgache, la economía evocativa del pantum de Malasia. Y entonces pienso que a Rabearivelo también le gustaría deambular por estas lindes, por la calidad de las imágenes, por el manejo preciso de las emociones, por la ironía y el humor, por los acontecimientos que emergen de las zonas más profundas del pensamiento donde las señales y los símbolos se entrecruzan permitiendo que el lector ascienda al universo del mundo interior que nos encumbra y que nos asombra, como en "Las travesuras de un mago", "Las posibles formas de Dios", "El guarda Sagrado" o "El fracaso del alquimista". También me quedo en Lista de espera por el tono como se burla el autor abiertamente de los oráculos: los analiza, les da vuelta y los pone sobre la mesa para que todos cenemos sus encantamientos. Y como me divierto en Lista de espera, traigo a colación lo que opina Alfonso Reyes al parafrasear a Platón: la escritura se ha convertido en un acto de pura diversión, lo que hace que el lector se sienta invadido por la ensoñación y el placer.