GIL MONTOYA, RIGOBERTO
La urbanidad de las especies burla la mayor seguridad del lector. Le dice: ya no eres humano, tu escritura es animal. Por medio de cuentos narrados cada uno por la voz de una especie, estos textos abren un abanico temporal que parte de un génesis donde un dios grazna y finaliza en los zoológicos y las ciudades; las historias circundan el desarrollo de las guerras, las bibliotecas, los pesticidas y la domesticación de los caballos. Con un lenguaje poético, La urbanidad de las especies, publicada originalmente en 1996 y ganadora del concurso de literatura del Instituto de Cultura de Pereira, nos invita a recorrer nuestras huellas al sabernos desnudos por los animales que nos miran y, como se lee en uno de los relatos, a esperar «...ese otro que también me habita, acaso propietario, invasor quizás o exiliado, en este cuerpo ajeno o de ambos, ese otro a quien temo o ignoro, felino o ángel»