AUSTIN, MARY
Este libro, gran clásico de la literatura de los espacios salvajes, nos descubre unos paisajes y modos de vida extintos. La libertad es el hilo que recorre sus páginas a través de vagabundos, buscadores de oro, tejedoras de cestos, ganaderos o indios que se desplazan sin dejar rastro.
La sensibilidad de Mary Hunter Austin ha sido comparada con la de Thoreau, Muir o Edward Abbey, quien prologa una de las ediciones americanas del libro. Su exquisito lenguaje da vida a una espiritualidad centrada en la tierra, siendo precursora en la opinión de que el paisaje es esencialmente femenino: fértil y generoso, seductor y hechicero.
Las mujeres sobreviven en un territorio dominado por una naturaleza ingobernable. Austin nos describe a una mujer para la que es más fácil vivir sin marido que lo previsto por las convenciones sociales. Leyendas de minas de oro y otras como las del Hassaympa, que consigue que quien bebe de sus aguas vea los hechos bajo el prisma romántico, y del que la misma autora bebió en dos ocasiones. La enseñanza que podemos extraer del libro es que quien sea capaz de vivir en estos paisajes que parecen desolados descubre que las míseras preocupaciones del mundo civilizado no tienen importancia.