GAVIRIA ALVAREZ, GERMAN
Cada sábado, Griselda se desplaza hora y media hacia el centro de Bogotá para hacer el aseo en una casona habitada por una mujer lacónica y espectral. Mientras limpia, cavila: en la enigmática vida de su patrona, en las brechas que las separan, en su propia madre y hermana, ambas postradas por la enfermedad y la vejez. Griselda aprovecha la soledad de su trabajo para imaginar posibles futuros, pequeñas victorias, hasta que un día, sin más, la realidad irrumpe como un trueno rectificador, alumbrando la fragilidad de su esperanza.
La superficie del día es una novela que, sin darle cabida al sentimentalismo, nos habla de barreras invisibles y de las historias que nos contamos para transitarlas con mayor facilidad. Nos revela, en su prosa despoblada de adornos, la manera en que el poder configura tanto los territorios como las vidas de las personas. En últimas, esta historia sobre una empleada doméstica de 60 años nos invita a contemplar las asimetrías de una superficie desigual, en cuyos abismos, a veces, terminan sepultadas la empatía y la solidaridad.