BAROJA, PÍO
Escritas entre 1907 y 1911, en una época en que el propio Baroja consideraba que «estaba en el máximo de energía intelectual», las novelas La dama errante, La ciudad de la niebla y El árbol de la ciencia reflejan en gran medida la concepción del mundo y del hombre que tenía su autor. Ofrecen, en ese sentido, una excelente oportunidad para, con ocasión del cincuentenario de su muerte, conocer a uno de los narradores más brillantes en lengua española, que sedujo, entre otros, a escritores tan distintos como Ortega y Gasset, Antonio Machado, Camilo José Cela, Josep Pla, Ernest Hemingway y Juan Benet. La dama errante, que abre la trilogía, se inspira en el atentado perpetrado en la madrileña calle Mayor contra los reyes de España el día en que se casaron (31 de mayo de 1906), y que impresionó vivamente a Baroja porque conocía a varios de los que intervinieron en él. El doctor Aracil, que vive con su única hija, María, simpatiza un día con Nino Brull, un terrorista catalán. Tras cometer el atentado, Nino Brull busca refugio en casa del doctor. La policía busca al doctor por sus conexiones con el terrorista, y Aracil y María huyen a Portugal, desde donde partirán a Inglaterra.En La ciudad de la niebla, Baroja retoma las andanzas del doctor Aracil y su hija María. Instalados ya en Londres, padre e hija permanecen unidos hasta que el doctor se casa con la señora Rinaldi, una viuda sudamericana. Tras la boda, María lucha en soledad por abrirse camino en la dureza de la vida londinense.La tercera novela, El árbol de la ciencia, es la más autobiográfica de cuantas escribió Baroja y también la más conocida. Narra en ella la vida de Andrés Hurtado desde el comienzo de sus estudios de medicina. El menor atisbo de felicidad asoma en su existencia vulgar: una facultad agria, una familia poco afectuosa y unos amigos nada generosos. Su propia profesión le sirve para odiar más a los hombres, y sólo junto a Lulú, una muchacha atrevida y que rebosa ternura, encuentra Andrés cierta felicidad.