MELO PARRA, CAMILA
Más que maquinaria, necesitamos humanidad, decía Charles Chaplin. A mí me parece que su frase cada vez tiene más peso, y cada día que pasa me parece más cierta, diabólicamente cierta, premonitoria, hasta el punto de que hay noches en las que sueño con máquinas que me engullen y vomitan en partículas de nada, y otras, con un hombre taciturno que sale con una pancarta a la usanza de las viejas protestas a defender lo humano. Solo recibe
risas y burlas y voces que lo llaman poeta.
En realidad, lo honran. Lo honran con su desprecio, y en ese honrarlo, honran a todos aquellos que con sus palabras luchan por lo imposible, poetas de pancarta y protesta como Camila Melo Parra, que entre letras e imágenes y la vida se ha atrevido a escribir, desafiando lo establecido y la nueva moral hecha clic o cuenta de cobro, peleando con sus migajas de magia contra los burócratas que han pretendido vivirla, enrostrándoles su pluma y sus poemas, porque ella escribe lo no dicho, y canta lo que jamás escuchó y se va adonde jamás llegó y entre la muy lejana voz de Víctor Jara y los años 70, recuerda a Amanda, Te recuerdo Amanda, y dice, Hoy voy a cantar la canción que no vivimos, para después aclarar, Voy a cantar todo lo no dicho, y concluir, abrazaré el poema en el que perduraremos más de cinco minutos, y entre otras lejanas y a veces infinitas voces sigue diciendo, que es como decir sigue viviendo.