En La muerte de la mariposa, Pietro Citati construye con absoluta precisión el esplendor y la caída de una de las parejas más exitosas y envidiadas del Hollywood de la década de los treinta: el escritor Francis Scott Fitzgerald y su esposa Zelda Sayre. La gran complicidad de su relación fue un vínculo que duró toda la vida, pese al alcoholismo de él y la locura de ella, que, afectada de esquizofrenia, pasó la mayor parte de sus días recluida en clínicas psiquiátricas. «No hay nada sobre nuestros pies», escribió Fitzgerald cuando su relación con Zelda amenazaba con romperse en pedazos.
A Citati le bastan tan sólo unas pocas páginas para construir un retrato extraordinario sobre una pareja que hizo de su propia vida un experimento social y estético.
«Scott Fitzgerald [
] tenía aún la técnica y el espíritu romántico para hacer cualquier cosa, pero desde hacía mucho tiempo todo el polvo había desaparecido del ala de la mariposa, aunque el ala continuó batiendo hasta su muerte.»