La imagen de Jano, dios bifronte, capaz de mirar el origen y el fin a un tiempo, le sirve al autor como analogía de la obra del pensador alemán, quien tiene la misma capacidad ambivalente para ver ambos lados de lo "político". Esta obra constituye un análisis profundo y magistral de la obra de uno de los protagonistas más controvertidos de la cultura filosófica del siglo XX. En tal sentido, afirma Galli: "Se trata aquí de captar no sólo la potencia de la doble mirada de Schmitt, sino también de dar cuenta de la necesidad de atravesar su teoría, de salir de ella a un espacio nuevo".