USLAR PIETRI, ARTURO
La Isla de Róbinson, novela histórica sobre Simón Rodríguez, maestro de Simón Bolívar, contiene un mensaje cifrado de esperanza, de esperanza en el espíritu de todo pedagogo, de todo maestro inquieto y curioso por los sucesos de su tiempo. "De poco servirán las batallas si no se cuenta con los hombres para hacer las repúblicas. No los vamos a encontrar en las calles sino que va haber hacerlo en la escuela", decía Simón Rodríguez.
La pedagogía, según Simón Rodríguez, es el camino que permite cambiar pensamientos, actitudes y comportamientos, pero sobre todo conduce cuando su objetivo es la libertad del sujeto a que el pueblo sea quien decida su propio destino de organización y gobierno. "Las artes y las letras se aprenden. ¿Por qué no hemos de aprenderlas nosotros?".
Simón Rodríguez no fue sólo el maestro del Libertador; fue además un pensador que luchó por hacer realidad sus ideas, que consideraba acordes con el proceso llegara a feliz término, tal como él y Bolívar lo habían jurado en el Monte Sacro. "Enseñen y tendrán quien sepa; eduquen y tendrán quien haga", sentenciaba.