"La investigación como biosfera autoorganizada" explora la idea de que producir conocimiento es un fenómeno cercano a la invención de la vida. Estudia la manera como se pueden gestar mundos posibles -e imposibles- a través de la investigación como un proceso de producción de conocimiento y, por tanto, como un fenómeno de apertura para la vida. Esto a partir de las relaciones que la autora establece entre la disciplina de la psicología, la teoría de los mundos posibles y su estética.