La necesidad de encontrar respuestas científicas al comportamiento de la muerte llevó al doctor Bill Bass a crear una granja en Tennessee, donde se descomponen cadáveres al aire libre, a fin de analizar y obtener datos objetivos e inapelables para determinar el momento en que se produjo la muerte, las causas y el tiempo transcurrido desde que una persona es asesinada y el hallazgo del cadáver.