En América Latina y el Caribe hay 175 millones de personas que viven en condiciones de pobreza y 122 millones de trabajadores informales no tienen acceso a la seguridad social. Las diferencias de oportunidades respecto de los servicios de salud, vivienda y educación son cada vez mayores. La desigualdad genera contrastes y fragmentación entre los ciudadanos, reduce la cohesión social e incrementa la propensión a la desestabilización política, mientras que la inclusión social es la muestra más acabada de una democracia que se fortalece.
A partir de una iniciativa de Luis Bértola y Jeffrey Williamson, el Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (INTAL) del Sector de Integración y Comercio (INT) y el Sector Social, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), junto con el Nodo i+i (Integración Regional + Inclusión Social), un proyecto lanzado en alianza estratégica con la Universidad de Columbia en Nueva York, reunieron a expertos de todo el mundo para identificar las raíces históricas de la inequidad y sumar propuestas para evitar que esta siga siendo una característica distintiva de la región. Con una mirada interdisciplinaria y a largo plazo, que deslinda los fenómenos estructurales de las coyunturas transitorias, este libro aborda la problemática de una manera rigurosa y original, con el fin de potenciar una integración regional que tenga su correlato en un mayor grado de inclusión social. Así, se suma al interés común de los países de la región en avanzar con reformas de segunda generación que, desestimando falsos atajos, sienten las bases de naciones que sean cada vez más igualitarias y más integradas al mundo. De este modo, La fractura constituye una contribución ineludible al actual debate sobre la desigualdad en América Latina.