MENIDETA, NORHA
Al empezar a leer La esposa del coronel creería uno que se va a encontrar con un relato más sobre la famosa toma de la Embajada de Japón en Lima que culminó, según la óptica con que se mire, exitosamente para unos, trágicamente para otros. Pero este libro va más allá. Ana María, la chola, nos muestra la verdadera tragedia que invade a toda la sociedad cuando los conflictos se resuelven de manera violenta. Hay ganadores y perdedores, pero a la vez hay muertos de todos los bandos, familias destrozadas, pérdidas irremediables para la sociedad. Y esos hechos, que aparecerían como una estadística en un riguroso ensayo o investigación, son los que surgen con una fuerza inusitada para mostrarnos cómo esa legendaria violencia, que en nuestros países se remonta a la conquista, ha sido fundamental en la configuración de nuestras sociedades. Esta novela tiene la virtud de mostrar las consecuencias de una terrible tragedia, escarbando el pasado de los diferentes actores y mostrando los destrozos humanos que produjo.
Somos dados a ver los hechos desde posiciones teóricas que no responden a la realidad concreta. Es por eso que una novela como La esposa del coronel nos hace recordar que la vida hay que vivirla todos los días, paso a paso, con todas sus grandezas y miserias y que estas últimas, la mayoría de las veces las provocamos nosotros mismos.