Monroy, Manuel
Ellos no se conocían. Ella, la cantante, caminaba junto al zoológico todos los días cuando iba y venía del conservatorio. El león iba y venía dentro de su jaula con una soltura prodigiosa, casi sin tocar el suelo. Ella cantaba siempre; él a veces rugía. Pero algo sucedió un día en el zoológico que propició que los dos se conocieran entre las ramas de un árbol, y que al cruzar sus miradas el tiempo pareciera detenerse.