SOLANO, FRANCISCO
En el amor adúltero los amantes se intercambian, con la misma convicción, sentimientos fingidos y verdaderos. Su ámbito de actuación es la intimidad, donde no hay testigos. Pero ¿qué sucede si lo fingido es verdadero, y la verdad, el miedo a sustituir al marido? El anónimo narrador de este relato no escribe para resolver ese conflicto; se conforma «con ser el otro», con comprender la infidelidad. Reconoce en sí mismo el apogeo y la caducidad de los sentimientos, y en su amante el abandono que la lleva a deplorar su condición de casada. Sin embargo, la lealtad conyugal es una sutura refractaria a la pasión, y el amor clandestino acaso no se opone al matrimonio, sino que lo fortalece. Jugaban con serpientes propone una incisiva lectura sobre el adulterio.